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Seguro que todos habéis leído la noticia del chico de 17 años que ha vendido una aplicación inventada a los 15 a Yahoo. Es probable que penséis que es una gran noticia, algo así como un cuento de hadas hecho realidad. Pero yo os diré lo que es: una puta mierda.
Seguro que casi nadie de los que está leyendo esto sabe qué aplicación diseñó este chaval. De hecho, la aplicación que diseño y acaba de vender a Yahoo nunca va a ser usada ni puesta a la venta por Yahoo, es más, según cuenta la BBC, ya ha sido eliminada.
La pregunta que hay que hacerse pues es ¿por qué Yahoo ha comprado esta aplicación por 30 millones de euros?
Según también la BBC, Yahoo pretende utilizar cierta tecnología de la aplicación no especificada, para otros proyectos, e incluso ha contratado a este chaval. Pero para mí, todo esto sólo es una farsa.
Con esta contratación, que ha salido en todos los medios de comunicación, se cultiva la idea de que cualquier programador anónimo se puede enriquecer con una idea genial. Pero eso no es más que una maniobra mercantil de las grandes empresas para ahorrar en investigación y desarrollo.
En vez de contratar a programadores e ingenieros para hacer este trabajo, lo que pretenden, es no pagar nada y dejar que trabajadores sin retribución inventen para ellos. Luego, sólo hace falta estar atentos al mercado de apps y comprar una idea genial por 30 millones de euros, que es mucho menos de lo que gastarían en I+D.
Se trata además de un caso de abuso de poder ya que hablamos de ideas que, seguramente, por la poca identidad del programador estarán pasando desapercibidas. Por lo tanto, este programador se dará con un canto en los dientes ante la primera oferta con cara y ojos que le llegue (no todas van a ser de 30 millones de euros, no hay que ser inocentes). Las multinacionales se aprovechan además, de que el inventor, o creador, casi nunca tiene los recursos para explotar sus propios descubrimientos, mientras que para esta gran multinacional, la oferta será muy inferior a lo que podrá ganar haciendo negocio con ella, ya que nadie compraría una cosa que no le fuera a ser rentable.
En el fondo, esto no es nada más que obligar a los desarrolladores a jugar a la lotería. Por la simple ilusión de que alguna vez su aplicación o programa sea comprado por una gran multinacional, millones de programadores y emprendedores trabajan de manera gratuita para el lucro de las multinacionales que, como hacen los estados con las loterías, dan unos premios muy inferiores a lo que ahorran o ganan a cambio.
Y por si esto fuera poco, este sistema lo único que hace es favorecer la competitividad, la base del capitalismo, en un momento en el que las comunicaciones globales y las tecnologías de la información ya permiten el trabajo colaborativo, entre personas incluso de distintos continentes. Cabe recordar que la colaboración siempre ha sido mejor que la competición, y que la dificultad principal que tenía este método de trabajo, la comunicación entre las personas adecuadas, ya no es tal.
Así pues, no hay que alegrarse por este tipo de noticias, sino pensar que una vez más, estamos siendo manipulados. No es descabellado llegar a pensar que, incluso la elección de este chaval de 17 años ha sido arbitraria, una maniobra de Yahoo para conseguir publicity, y que, sin menoscabo de las cualidades que pueda tener este chico, poco tiene que ver su talento con su elección.
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