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Del mismo modo que la sociedad evoluciona con la llegada de los nuevos tiempos, la educación no puede quedarse anclada en el sistema educativo nacido en el s.XIX dentro del marco de la ilustración y el industrialismo. Igual que en los s.XIX y XX para poder superar la brecha educacional había que saber leer y escribir y tener ciertos conocimientos mínimos de cálculo, la nueva realidad social y la explosión de las nuevas tecnologías, obliga a que en este s.XXI, todo el mundo sepa como mínimo usar un ordenador, lo que más allá del uso del ratón o el teclado, implica a su vez, usar software y sobre todo Internet, para alcanzar el conocimiento y si no se tiene, saber donde y como buscarlo.
Así pues, el sistema educativo se enfrenta al reto de preparar estudiantes para un futuro incierto, lo que pasa necesariamente por la instauración e implementación de una nueva escuela mediática en la que los niños y niñas aprendan las nuevas herramientas del mundo 2.0 que les prepararán tanto para la vida laboral como por la vida social en entornos altamente volubles y cambiantes. La clave pues, es que la educación no puede pretender copiar el pasado sino preparar para el futuro a través de nuevas competencias cómo son los ordenadores, los videojuegos, el trabajo en equipo o la innovación.
Aun así, este cambio necesario, es también profundo y presenta numerosos retos y desafíos. Cómo se verá a continuación la mayoría de estos desafíos se pueden agrupar en dos grandes áreas.
La influencia de la brecha digital
En la entrada sobre la brecha digital ya se apuntaba que esta tiene una relación directa con el nivel de educación y en este artículo veremos como también tiene un efecto directo sobre la implantación de la educación mediática.
En primer lugar, es evidente que hay una influencia de la brecha digital económica en cuanto a las dificultades de equipar los centros docentes con los recursos tecnológicos necesarios para llevar a cabo una educación mediática eficiente. Al mismo tiempo, esta educación, bajo un nuevo enfoque hacia la potencialización individualizada de cada estudiante, la flexibilidad de grupos y la creación de espacios virtuales, necesita unas condiciones arquitectónicas y organizativas que implican todavía más gastos.
En segundo lugar, la brecha digital generacional y educativa, hace que en muchos casos, los docentes no estén preparados para usar las nuevas tecnologías en las aulas. Nos encontramos en muchos casos ante profesores que apenas saben usar ellos mismos un ordenador y que, además, presentan una postura inmovilista ante la posibilidad de cambiar su estilo de trabajo. A la vez, este desconocimiento de las TIC hace que haya dificultados en la integración de los recursos tecnológicos en el diseño curricular de las asignaturas y también en la creación de los materiales educativos.
Hacen falta pues, nuevos materiales educativos que incluyan todas las posibilidades que ofrece la educación mediática, pero que al mismo tiempo no sean simples versiones multimedia de los libros de toda la vida sino que profundicen en los nuevos paradigmas de la educación colaborativa. Esto implica también como reto para la implantación del nuevo modelo, una formación continua de los profesionales docentes que tienen que convertirse en los guías en la formación de sus alumnos, a menudo con el fin de ocupar puestos de trabajo que todavía no se conocen.
La percepción de la tecnología y la sociedad red
La segunda gran área de retos tiene que ver con la percepción que la sociedad tiene de la sociedad red y las nuevas tecnologías.
En primer lugar, subsisten viejas visiones de que los ordenadores, los videojuegos o las redes sociales son maneras de perder el tiempo, o que sus efectos negativos son muy superiores a los positivos cuando, por ejemplo, según Prensky (Redes, nº 75) es a la inversa. Así, un desafío es combatir esta visión.
En segundo lugar, también hay una dualidad de posturas entre tecnofilia y tecnofobia, o entre aquellos que piensan que los ordenadores y las TIC lo resuelven todo por el simple hecho de tenerlos y los que los satanizan. En este punto, es necesario pues, una contextualización del valor de las TIC en el marco educativo.
Otros retos
No me gustaría acabar sin decir que, además de todos estos desafíos de la implementación, propiamente dicha, de la educación mediática, hay un último reto capital, que es que esta implementación sea global y llegue a toda la población. En caso de no ser así, el efecto será una ampliación de la brecha digital, lo que confirmará las palabras de Castells “Internet amplifica la más vieja brecha social de la historia, que es el nivel de educación” (El País, 6-1-2008), cuando, a priori, tenemos una poderosa herramienta para luchar contra ella.
Amadeu Branera
Original en catalán, 14 de abril de 2013.
Revisado y traducido al castellano, 3 de mayo de 2013.
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Bibliografia
- Aparici, R. [et al.]. 2010. La educación Mediática en la escuela 2.0. Madrid, ITE, Capítols 1, 2, 4 i conclusiones.
- Aranda, D i Sánchez-Navarro, J. Competencias del siglo xxi y la nueva cultura participativa. http://spider-uoc.blogspot.com.es/2009/01/competencias-del-sxxi-y-la-nueva.html
- “El poder tiene miedo de Internet” a El País. http://elpais.com/diario/2008/01/
06/domingo/1199595157_850215.html Data de consulta: 18 d’abril de 2013. - Herrera, R. I Gómez, M. 2011. “D’on venim? De la revolució industrial a la revolució informacional” en Estructura de la Comunicació: una introducció. Barcelona, FUOC, Mòdul 1, pp. 1-32
- “No me molestes mamá, estoy aprendiendo” en Redes, nº 75. http://www.rtve.es/television/20101205/no-molestes-mama-estoy-aprendiendo/381903.shtml
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Canal 54 tv
February 16, 2017 at 5:18 pm
Es un gran alivio encontrar a alguien que realmente sabe lo que están hablando en Internet . Definitivamente, que sabes cómo llevar un post a la luz y que sea interesante. Más peña tiene que leer esto.