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La familia Rescatez

22 Jul

Conozco una familia donde los padres, cegados por el ritmo de vida de unos conocidos, se dedicaron a estirar más el brazo que la manga. Para poder seguir el tren de vida de sus nuevas amistades, estos irresponsables empezaron a gastarse los ahorros que tenían para el futuro de los hijos para comprarse coches y trenes. Dejaron de llevar a los niños al dentista o al pediatra lo que tocaba para acumular aviones y yates. Y para decorar la casa con montones de cosas caras pero inútiles, decidieron que en vez de dos Petit Suïsse, con uno era bastante. Por si no fuera poco, cuando ya les escaseaba el efectivo decidieron endeudarse.

En estos momentos, desgraciadamente, algunos de sus acreedores les reclaman el pago, y han pensado que lo mejor es que los abuelos les saquen del atolladero. Sin embargo los abuelos no son tontos, y les han dicho que sí, pero en forma de préstamo con unas condiciones muy favorables.

Sin embargo, los padres de los que hablo no tienen liquidez, y lo que es peor, tampoco tienen ganas de privarse de nada, son muchos años viviendo a cuerpo de rey. Por eso, a pesar de haberles negado el futuro a sus hijos, recortándoles en educación y sanidad, han decidido que sean ellos los que paguen el préstamo a los abuelos, y a los hijos que trabajan les exigen que colaboren en los gastos sobredimensionados de la casa y a los que no trabajan les han quitado la paga.

¿Os suena la historia? Pues ya sabéis quién va a pagar el rescate si no hacemos algo.

Amadeu Branera
22 de julio de 2012 

 
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Posted in Opinión

 

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