___
___
Durante la primera mitad de los años sesenta los premios Hugo siguieron siendo los más importantes que había en la ciencia ficción, cosa que no cambió hasta la aparición de los premios Nebula en 1966.
Por cierto, olvidé comentar que los premios Hugo son otorgados por un comité de la World Science Fiction Society y que su nombre rinde homenaje a Hugo Gernsback, inventor y escritor, que acuñó el término ciencia ficción y fundó Amazing Stories, la primera revista del género.
En esta entrada sigo comentando las novelas que ganaron pues, el premio Hugo.
1960 |
|
Starship Troopers Autor: Robert A. Heinlein Mi puntuación: ★★★★★ Starship Troopers fue la segunda novela de Robert A. Heinlein que ganó el premio Hugo, después de Double Star. La novela, escrita en primera persona, nos sitúa en un mundo futuro en el que, a pesar de haber un sistema democrático, el derecho a voto ha de ganarse cumpliendo un servicio militar voluntario. La historia nos cuenta las experiencias del protagonista, el filipino Juan Rico, en su formación militar con especial atención a los períodos de instrucción en el campo Currie y en la escuela de oficiales. Robert A. Heinlein escribió el libro en un momento en el que las manifestaciones anti-nucleares presionaban al gobierno americano para que abandonara la carrera armamentística unilateralmente, cosa que preocupaba a Heinlein que temía que el país quedase a merced de los soviéticos. Decidió escribir un libro en el que poner sus críticas al sistema democrático del s.XX en EE.UU. en boca de los profesores del soldado Rico, y fue duramente criticado por mucha gente que lo tildó de defensor del autoritarismo, militarista y fascista. Sin embargo, el texto en mi opinión no lo es. Es cierto que el autor critica algunos aspectos de la democracia, pero no defiende las dictaduras, y si bien para ganar el derecho a voto hay que hacer la mili, el autor no defiende la guerra y critica el ejercito tal y como se entendía en los años 50. Lo mejor: Se puede estar de acuerdo o no con las opiniones de los protagonistas, pero hay que reconocer que todos ellos son creíbles y usan siempre argumentos sólidos en sus exposiciones. Lo peor: Las casualidades del principio del capítulo XII. |
|
1961 |
|
A Canticle for Leibowitz Autor: Walter M. Miller, Jr. Mi puntuación: ★★★☆☆ Después de un holocausto nuclear, el pueblo llano culpó a la ciencia y a la tecnología de haber causado la hecatombe y decidieron llevar a cabo una “simplificación” que consistió en la destrucción de los libros y demás soportes de la tecnología y el saber. Ayudadas por algunos científicos supervivientes, solo algunas órdenes religiosas empezaron a buscar y proteger las fuentes del conocimiento. 600 años después empieza esta novela, dividida en tres relatos. En el primero, Miller nos cuenta la canonización de Sant Leibowitz, un ingeniero que se convirtió en mártir cuando le asesinaron por esconder libros, y nos explica de manera genial, como los devotos convierten planos y esquemas eléctricos en veneradas reliquias y como van construyendo una religión basada en unos documentos que no comprenden. En el segundo relato, nos encontramos con una época “renacentista” y con el conflicto ciencia/iglesia, aunque desde un punto de vista diferente, pues los monjes son los guardianes del conocimiento. En esta parte el autor explora las contradicciones entre el conocimiento antiguo y la modernidad y también eso tan típico de que los antiguos debían ser más ignorantes que nosotros porque sí. Finalmente, en el tercer relato la sociedad está en un punto de desarrollo tecnológico incluso más avanzado que el que alcanzó la sociedad pre-Leibowitz, lo cual no impide que se encamine a repetir los mismos errores. Lo mejor: Las tres visiones, edad oscura, renacimiento y futuro. Lo peor: Las subtramas suelen ser irrelevantes y se hacen pesadas. |
|
1962 |
|
Stranger in a Strange Land Autor: Robert A. Heinlein Mi puntuación: ★★★☆☆ Robert A. Heinlein ganó su tercer Hugo con esta novela que es bastante distinta a las dos anteriores con las que había ganado los años 1956 (Double Star) y 1960 (Starship Troopers). Las diferencias son tanto de longitud, esta es bastante más larga que las otras, como de profundidad. En Stranger in a Strange Land el autor trata temas trascendentes como los valores humanos, el amor y la religión, incluida la naturaleza misma de Dios. Sin embargo los altibajos tanto en ritmo como en el interés que despiertan en el lector los diferentes personajes, no permiten que sea una obra tan redonda como sus dos predecesoras. La novela empieza con la llegada a la tierra de Michael, el hombre de Marte, que como recién nacido se convirtió en el único superviviente de una misión al planeta rojo y fue criado por los marcianos. Algo parecido a Mowgli o Tarzán. En las dos primeras partes del libro vemos la adaptación del personaje al mundo y a la cultura terrestre, con los típicos equívocos debidos a las diferencias culturales y explicaciones acerca de la cultura marciana. También hay intrigas políticas debidas a la increíble herencia económica de Michael y a las leyes de la tierra que le consideran el único propietario del cuarto planeta solar. También se revela que gracias a su educación marciana, Michael posee poderes mentales y una capacidad especial para comprender completamente las cosas, un concepto que en marciano (edición inglesa) se expresa con el verbo to grok. A partir de la tercera parte Michael descubre la religión, se acerca al concepto de dios, desconocido para él hasta el momento y en las partes cuarta y quinta, desarrolla su propia religión, ya que llega a la conclusión de que una religión es el mejor medio para transmitir valores y enseñanzas de manera rápida. A pesar del interesante punto de partida de esta parte, son los capítulos más irregulares del libro y por otro lado, el cambio radical de dirección respecto a lo que apuntaba en las dos primeras partes, puede descolocar a más de uno. Lo mejor: Algunas de las disquisiciones sobre la religión, el cristianismo o el amor. Lo peor: Demasiado largo. |
|
1963 |
|
The Man in the High Castle Autor: Philip K. Dick Mi puntuación: ★★★☆☆ The Man in the High Castle es uno de los ejemplos más importantes de ucronía, aunque no el primero. La novela transcurre en 1962, en plena guerra fría entre Alemania y Japón, las dos potencias que se repartieron el mundo al terminar la II Guerra Mundial en 1947. Los Estados Unidos han sido divididos en tres partes: el este, que es un país títere de los alemanes; el oeste, que forma parte del imperio japonés; y las montañas rocosas, que son una zona de seguridad. La obra nos cuenta cinco historias entrelazadas de unos personajes más o menos anónimos que transitan por estos territorios, lo que permite ver y explorar la situación de este mundo ucrónico y cómo afecta a diferentes colectivos. Sin embargo, para mí, las cinco historias no tienen el mismo interés lo que hizo que entre las que me interesaban y las que no tanto, me desconectara un poco de la narrativa. Lo mejor: Las disquisiciones sobre el valor de los objetos históricos. Lo peor: El abuso del I Ching o Libro de las mutaciones. |
|
1964 |
|
Way Station (a.k.a Here Gather the Stars) Autor: Clifford D. Simak Mi puntuación: ★★★★★ Estamos en los sesenta y Enoch Wallace es un veterano de la batalla de Gettysburg que desde que regresó a su casa no ha envejecido ni un segundo. El secreto está en que su apartada casa en el medio oeste americano es en realidad una estación espacial donde los viajeros galácticos hacen escala en sus viajes interestelares. Esta vivienda, además de ser impenetrable, lo regenera anulando cualquier envejecimiento sufrido durante el tiempo que está fuera de ella. Durante dácadas Enoch a vivido solitariamente, bastante ignorado por el entorno, pero de repente todo se descontrola: el gobierno le vigila, las diferentes facciones galácticas discuten sobre el futuro de la estación, y los pocos vecinos que hay empiezan a murmurar sobre una posible posesión demoniaca que permite a Enoch mantenerse joven. A partir de esta premisa, Simak nos presenta una obra muy amena, bien escrita, con la historia en el presente y flashbacks muy bien llevados para contar lo más importante del pasado. El aire costumbrista impregna las descripciones de la vida cotidiana y metódica de Enoch y es una de las partes que más me gusta de la novela. Por otro lado, cuando nos acercamos al clímax, pesa en el ambiente una sensación de inevitabilidad que en nada augura la resolución de la trama. Mientras, el protagonista sufre esa crisis tan típica del que ve acercarse una catástrofe y no hace más que torturarse pensando que pudo haber hecho de otro modo para evitarla. Muy buena obra. Lo mejor: Enoch Wallace. Lo peor: Un cierto aire moralista. |
← Vuelve a los años 1953-1959 Sigue a los años 1965-1967 →
___
Wujenta
July 7, 2013 at 1:54 pm
Solo he liedo 2 de estos 5 libros, me apunto los otros 3 para futuras lecturas… casualmente los 2 que he leido, son los que les otorgas 5 estrellas…
abranera
July 7, 2013 at 2:04 pm
Jeje, si ya has leído los mejores de estos cinco, podemos esperar a otros de cinco estrellas.
Gràcies per comentar.